sábado, 8 de marzo de 2014

Dos soles.

No es mi intención inundarte con una plática insulsa y típica. Mi intención es ser, al menos durante esta conversación, el más magnífico narrador. No se trata de mí hablándote de ella. Se trata de un momento que llevo mucho tiempo queriendo compartir contigo. Se trata de que tengas la certeza de que no tendrás que volverte a preocupar por mí. Te quiero como a un hermano, o incluso más, por eso quiero transmitirte esto con toda la firmeza que sea capaz de reunir.

Sabes tan bien como yo que no habría llegado tan lejos sin ti. En todos los aspectos de mi vida, has sido capaz de darme tu granito de arena, los cuales me han ayudado a superar mis propias expectativas. Eres la única persona que realmente me transmite una luz brillante e inextinguible. Lo eras.

Me invadió. No existe otro modo de describirlo. Ella me invadió por completo. ¿Recuerdas todas mis dudas? ¿Todos mis miedos? ¿Nuestras conversaciones, nuestras angustias? Eran sombras tan alargadas, ¿verdad? 

Pues todo lo que tengo que decirte, es que ella es el maldito sol.



jueves, 27 de febrero de 2014

Una noche tranquila

Cerró la puerta, y como si hubiera sido abatido por un tiro letal, se desplomó sobre el suelo, teniendo menos cuidado del que debería para una persona despierta y consciente. Se golpeó la cabeza, pero no le importó. Con gesto angustioso pero firme, ubicó todo su cuerpo desparramado en una posición boca arriba desde la que podía mirar el techo de su habitación. El que una vez fue su santuario, ahora se había convertido en fortín. El ventilador giraba, pero lo hacía de manera lenta, hipnótica. Su mirada se perdía entre las vueltas que daban las aspas, pensando cómo y por qué había llegado a esa situación. 

Estaba completamente sólo en casa, sin embargo, escuchaba murmullos fuera de su cuarto. Absorto a ellos, él seguía contemplando el mover de las aspas, impertérritas a todo lo que ocurría. De pronto, un golpe. Dos. Tres. Diez. Y con fuerza. Parecían querer echar la puerta abajo. 

Lo hicieron, pues la decisión ya estaba tomada. Aprovecharon ese momento de soledad y lo consumieron. 

En un suspiro, la habitación entera fue testigo de cómo un joven se quitaba la vida.